Desde la Antigüedad se ha visto al tiempo atmosférico como algo cambiante, algo que se nos escapa de nuestras manos. Siempre se ha considerado como una de las fuerzas más impredecibles de la naturaleza, sin embargo, parece que ya podemos controlarlo.
Gracias al yoduro de plata se ha conseguido provocar la lluvia. El yoduro de plata es un compuesto químico que se inyecta a la atmósfera a través de aviones que siembran las nubes o bien desde cañones y cohetes en la superficie. Las partículas de yoduro de plata actúan como núcleos de condensación ya que absorben la humedad que contienen las nubes, hasta formar gotas de agua. A mayor cantidad de partículas de yoduro, mayor cantidad de gotas de agua se forman en el interior de la nube.
El proceso finaliza cuando el peso que adquiere la gota provoca su caída por efecto de la gravedad hacia la superficie. En definitiva, la siembra de nubes rompe el mecanismo natural de la nube, por ello se utiliza también para evitar la formación de granizo: habrá más granizos, pero de menor tamaño.
Este sistema de controlar el tiempo no sólo se usa con fines prácticos (sequía, agricultura...) sino que también se ha usado para objetivos más concretos. Un ejemplo es Pekín, que provocó grandes precipitaciones los días previos a la ceremonia de los Juegos Olímpicos 2008 para limpiar la ciudad.
Aquí tenéis un video:
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